15 juillet 2021
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Michaëla Grevin, « Memorias de la Revolución (1959-1989): Cuba, el día después... », Amerika, ID : 10.4000/amerika.13850
Al derrocar la dictadura de Batista, a sueldo de los Estados Unidos, Fidel Castro y sus compañeros pretenden derribar las estructuras coloniales que permanecen en la isla. Mientras pretende destruir el antiguo orden, la Revolución encarna la búsqueda de una nueva vía, fundamentalmente diferente a la impuesta por el imperio español y después norteamericano. Este artículo propone relacionar dos momentos muy simbólicos de la Revolución cubana – su nacimiento y su muerte anunciada – que están vinculados por el sentimiento del apocalipsis y que han creado las condiciones de una posible desconexión: - 1959-1961: fuera del dominio de los Estados Unidos, sin caer todavía en el regazo de la Unión Soviética, la Revolución se caracteriza por una libertad ideológica que parece absoluta. - 1989-1994: mientras el capitalismo penetra de nuevo en la isla con el Período Especial, los artistas cubanos experimentan una libertad de creación inédita: liberados del dogmatismo soviético y alejados todavía de las presiones del mercado capitalista, se dedican a un arte libre de cualquier contingencia. Estos dos momentos claves de la historia de la Revolución cubana en que todo queda por construir abren un nuevo campo de posibilidades para los pueblos latinoamericanos y caribeños en pos de liberación.