En abril de 1973, se estrena en Venezuela Cuando quiero llorar no lloro, dirigida por Mauricio Walerstein, una obra que marca el inicio de lo que se calificó como el boom del cine venezolano y representa un hito en la historia del cine nacional. Su éxito en las salas de cines, junto con una abundante renta petrolera que enriquecía al Estado, motivó la implementación de políticas públicas en favor del sector cinematográfico. Inaugura lo que continúa siendo un “género” favorito del público: drama social, e inicia la tradición del cine de denuncia. Discutiremos las características de la producción nacional, la influencia del contexto país y cómo recibe el público esa producción, desde el inicio del boom hasta el 2016. Para ello hemos identificado tres periodos con características específicas de producción y frecuentación que permiten la segmentación: el boom (1973 a 1988); la crisis (1989-2004) y ¿el renacimiento? (2005-2016).
The film Cuando quiero llorar no lloro, directed by Mauricio Walertein, was released in April 1973. Its premier became an inflexion point in the Venezuelan film history, starting what was called the boom of the Venezuelan cinema. The film's public success, along with the income from the increased oil prices, led the Venezuelan State to implement public policies to support national cinematography. It was also the inauguration of social drama as the favourite "genre" of the local film spectators. Thus, in this article we will analyse the films production and their public reception, as well as the influence of the national context, from the boom's starters until 2016. We have identified three clearly different periods of production and reception: the boom (1973-1988), the crisis (1989-2004) and the renaissance? (2005-2016).
Le film Cuando quiero llorar no lloro, de Mauricio Walerstein, sorti sur les écrans en avril 1973, constitue un point d’inflexion dans l’histoire de la cinématographie vénézuélienne et marque le début du « boom du cinéma vénézuélien ». Le succès de ce film, ainsi que la conjoncture économique très favorable grâce à la montée du prix du pétrole, pousse l’État à financer le cinéma national. Le drame social s’impose comme « genre » favori des spectateurs. Nous aborderons les caractéristiques de la production cinématographique vénézuélienne et sa réception par le public dans le contexte de l’évolution du pays de 1973 à 2016. Nous avons identifié trois périodes bien distinctes en termes de production et de réception : le boom (1973-1988), la crise (1989-2004) et, enfin, la renaissance ? (2005-2016).