El deseo de saber hace pensar. El caso del pequeño Hans

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La idea de que el pensamiento es un derivado del desarrollo de la inteligencia entendida como una capacidad innata de adaptación al medio físico o social del organismo humano es una idea hegemónica en el ámbito educativo. Lleva a los profesionales interesados en las transformaciones del pensamiento en los niños a limitarse a la comprobación de un programa evolutivo considerado como natural y normal, a partir del cual cualquier respuesta, por parte del menor, diferente a la esperada se considerará una desviación y, por tanto, un indicio de un trastorno psicobiológico. Para cuestionar esta idea, retomamos el caso clínico freudiano del pequeño Hans y la relectura hecha por Lacan para destacar la importancia de la angustia de castración en el pensamiento. En este sentido, proponemos considerar las formulaciones de los menores como el resultado de un proceso significante, un operador del pensamiento, atrapado en la dialéctica entre la demanda de amor y el deseo de saber. La realización de este proceso implica la inscripción inconsciente del significante de la falta en el Otro, gracias a la cual la imposibilidad de saber sobre el deseo plantea el deseo de saber como causa del pensamiento.