2017
Cairn
Peoc’h Mickaël et al., « Body hacking y lógica supletoria: un modo contemporáneo de tratar el cuerpo », Cliniques méditerranéennes, ID : 10670/1.m7wz0s
La práctica del body hacking (piratear el cuerpo) es inequívocamente posmoderna. Apareció en el siglo XXI, y su apuesta es que la evolución se dará gracias a la hibridación del humano con la máquina. Si el movimiento aglutina a un número relativamente grande de aficionados o curiosos, los discursos de algunos pioneros no dejan de dar lecciones sobre las posibilidades de suplir la imagen de un cuerpo hablante desinvestido, incompleto o ineficaz. Ya se trate de resolver la no relación sexual, de localizar los captadores de goce en el cuerpo o de velar lo real del cuerpo, el body hacking tiene la ventaja de cubrir, y por tanto circunscribir potencialmente, prácticas cercanas a la mutilación. También está arraigada en un vínculo social relativamente rico, en particular a través de las redes sociales virtuales. Los testimonios de ciertos hackers son pues muy valiosos para explorar la elaboración progresiva de las construcciones sintomáticas que contienen el goce.