1 décembre 2013
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Carlos Uscanga, « México y Japón después de la declaración del estado de guerra a las potencias del Eje », México y la Cuenca del Pacífico, ID : 10670/1.06f3kv
Resumen Después del ataque japonés a la bahía de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, México tuvo que enfrentar una de sus más complejas decisiones de política exterior. Japón se convertía ahora en enemigo. En mayo de 1942 la administración de Manuel Ávila Camacho declaró el “estado de guerra” a las potencias del Eje como resultado del hundimiento de los buques Potrero del Llano y Faja de Oro. En ese contexto, el Gobierno mexicano implementó diversas políticas para la confiscación de los recursos financieros y propiedades de los ciudadanos de los “países enemigos”. Esas acciones originaron una batalla interna entre políticos, funcionarios y empresarios que habían tenido contactos cercanos con los intereses japoneses en México, donde las presiones políticas y el tráfico de influencias fue una constante. Lo anterior se ejemplifica de manera clara en el caso de la mina “La Azul”, ubicada en Taxco, Guerrero.