2018
Cairn
Dorothée Kohler et al., « Industria 4.0, una revolución industrial y social », Futuribles, ID : 10670/1.139163...
En marzo de 2017 (n.° 417), Futuribles lanzó una serie dedicada a las perspectivas de la evolución de la productividad y el crecimiento económico, en relación con el debate sobre los riesgos de un «estancamiento secular». A principios de 2018 (n.° 422), la serie se amplió con un artículo de Gilbert Cette y Ombeline Jullien de Pommerol sobre la difusión de las tecnologías de la información y de la comunicación en los principales países desarrollados durante los últimos decenios, y sus repercusiones en la economía. En este número nos centramos en las consecuencias concretas de la revolución tecnológica en marcha en el sector industrial, a través del concepto-programa alemán Industrie 4.0. Lanzado en 2011, Industrie 4.0 tenía como objetivo inicial reunir a todos los actores relevantes en torno a la salvaguarda del liderazgo de la industria alemana de bienes de equipo. Dorothée Kohler y Jean-Daniel Weisz, que han estudiado ampliamente este programa y han trabajado sobre el terreno junto a los actores movilizados en torno a este objetivo, presentan aquí el contexto en el que nació, sus ambiciones y los recursos puestos al servicio de esta estrategia. Subrayan los impactos concretos de esta revolución 4.0 en el sector industrial (en particular sobre los métodos de producción y la organización del trabajo) y en los modelos de negocio (evolución de la cadena de valor, redistribución del poder económico, ruptura con el modelo de gestión tradicional, etc.) En un contexto caracterizado por una gran incertidumbre y una complejidad creciente, es el momento de la adaptabilidad y la flexibilidad. Esto implica un funcionamiento en red (de actores, pero también de estructuras empresariales), una capacidad de autoorganización, una estrecha colaboración entre los diferentes actores de la cadena de valor, entre el hombre y la máquina, etc. La entrada en la industria 4.0 se hará sin duda por tanteo, por ensayo y error, pero como muestra este artículo, implica un cuestionamiento bastante radical de los modelos vigentes y, sobre todo, una apertura a lo colectivo y a la cooperación, gracias a la cual la revolución tecnológica puede convertirse en una oportunidad y no necesariamente en una amenaza para el empleo.