Para un trickster, no hay análisis minucioso

Résumé 0

Una clave del funcionamiento intelectual de Jung puede leerse en su actitud ante los principios: primero en el inicio de la escritura de los Libros negros, luego en el de su gran proyecto, El libro rojo. Jung empieza, y después vuelve a empezar: su método se sitúa bajo el signo del proceso, del devenir, del trabajo constantemente retomado y reformulado. Si observamos su proceso creativo sometiéndolo a un trabajo de ampliación, vemos que no construye conceptos rígidos, que su pensamiento siempre deja cierto «juego», que rechaza los sistemas y prefiere las dinámicas. A Jung le gusta dejar abiertas las posibilidades; es un espíritu mercurial, un azogue intelectual. Podemos identificar las herramientas que utiliza: el pensamiento circular (circunambulación), la aceptación deliberada de cierta dosis de ambigüedad, la puesta en equilibrio de los opuestos (o su inversión mediante la enantiodromía), su preferencia por la sinuosidad frente a las líneas demasiado rectas. Por último, una cierta imposibilidad de cerrar con un «punto final» y un gusto por lo inacabado, que se mantiene abierto porque se deja en suspenso, corresponden ciertamente a la naturaleza de su objeto de estudio —el inconsciente—. No obstante, en ellos también hay una invitación para sus sucesores a no ser discípulos sino «reiniciadores».