La CGT y la represión antisindical (agosto de 1939-diciembre de 1940) : Entre el legalismo y el aprendizaje de la clandestinidad

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La entrada de Francia en la guerra, en el verano de 1939, fue acompañada de una restricción de las libertades y de la prohibición del Partido Comunista, tras la firma del pacto germano-soviético. En el ámbito sindical, esta política se tradujo en la exclusión de los sindicalistas sospechosos de comunismo y en la disolución de más de seiscientos sindicatos. Hasta la caída de la República, la acción sindical se dividirá entre un sindicalismo legal pero ineficaz y un sindicalismo reducido a la clandestinidad. La llegada del «Estado francés» de Pétain completó la reconfiguración del paisaje social. En efecto, tras la disolución de las organizaciones sindicales por parte de Vichy se produce una última escisión entre los sindicalistas legales entre los que aceptan colaborar con el nuevo régimen y los que se niegan a hacerlo y se unen a los militantes que pasaron a la clandestinidad un año antes.