Equipos móviles en psiquiatría: ¿en contra de, o muy cerquita de la sectorialización?

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Los equipos móviles se encuentran en el centro de una gran ambivalencia. Por una parte, representan una forma de consagración de la sectorialización psiquiátrica. Al actuar en los domicilios de los pacientes, o incluso directamente en la calle, los equipos móviles plasman un modelo de psiquiatría en la ciudad más fluido, más flexible y más adaptativo. En resumen, una psiquiatría que desinstitucionaliza un poco más la psiquiatría. Por otra parte, al actuar más a menudo en situaciones de crisis, también plasman una forma de urgencia psiquiátrica que puede contraponerse a los principios axiológicos iniciales de la filosofía del sector, es decir, una atención al contexto de vida de los pacientes y a la continuidad de los cuidados propicios a la gestión de la cronicidad. Esta ambivalencia está en el centro de nuestro cuestionamiento: ¿son los equipos móviles la consagración de la filosofía de sectorización, o son más bien una psiquiatría de urgencia soluble en la moda actual de la gestión?