El presente sueña pesadillas: lectura distópica de Olingiris (Samanta Schweblin)

Résumé Es

Cuando Jean-François Lyotard declaraba que la sociedad posmoderna ha abandonado los grandes relatos (1979), estaba señalando una problemática esencial de la actual sociedad globalizada. El mundo capitalista es el lecho desde el que soñamos nuestras estrategias para afrontar la crisis sistémica actual, ramificada en numerosos ámbitos como el climático, político e individual. No es de extrañar, por tanto, que ya no florezcan ideas revolucionarias tintadas de utopismo: hoy, nos queda el “realismo capitalista”, que es como Mark Fisher ha bautizado a la creencia de que nuestro sistema, a pesar de hacer agua, es el único viable (2009).¿Cuál es el territorio de la literatura en un contexto en el que no quedan relatos que nos sostengan?Cuando el presente parece condenado, cuestionarse sobre estructuras innovadoras y perennes –y, en consecuencia, reimaginar el futuro– se torna tarea difícil, lo cual explica que proliferen las respuestas distópicas. Así son, en todo caso, gran parte de las propuestas de Samanta Schweblin, y entre ellas quisiera analizar el cuento Olingiris (2017). A través de este relato, analizaré cómo cuestiona Schweblin las capacidades del presente ante un futuro que parece darnos la espalda, y cómo indaga en los no-vínculos entre personajes a la deriva que son víctimas y motores del sistema, auténticos monstruos del relato. La propia Schweblin, por cierto, rechaza el adjetivo “distópico” para caracterizar su narrativa, quizás porque sus cuentos presentan ambientes decadentes que parecen simplemente una prolongación exagerada del presente: esta es la hipótesis inicial desde la que analizaré Olingiris.¿Cómo son las pesadillas del presente plasmadas por Schweblin? Aquí es donde empieza el “viaje a ninguna parte” (Gorodischer, 2008).