Ce document est lié à :
info:eu-repo/semantics/altIdentifier/hdl/2441/12v9e7bfdu8hiqna2uaekoi8sn
info:eu-repo/semantics/OpenAccess
David Recondo, « Una vida antropológica. Las enseñanzas heurísticas del maestro Pancho », HAL SHS (Sciences de l’Homme et de la Société), ID : 10670/1.dc0893...
El politólogo que soy aprendió mucho de François Lartigue. Loconocí en 1995. Fueron casi 20 años de convivencia y colaboración.No creo exagerar al decir que gran parte de mi conversión a laantropología se la debo al maestro y amigo Pancho. Me abocaré en estetexto a precisar cuáles fueron las enseñanzas que recibí de él durantelas dos últimas décadas, pero a modo de introducción quiero hacerhincapié en lo que, a mi parecer, distinguió a Pancho de los demásmentores y colegas que he conocido desde que me dedico al quehacerinvestigativo: Pancho llevó una vida antropológica, para retomar la expresiónque a menudo usan los filósofos para referirse a sus congénerescuando éstos logran articular la praxis y el discurso —por ejemplo, Onfray(2012)—. Pancho hizo de la antropología no sólo un oficio, tambiénun art de vivre. ¡Y lo gozó! De cierta forma, contagió a algunos de losque lo frecuentaron por su manera integral, intensa, constante y entusiastade ir por la vida preguntando, observando, cuestionando, interpretando,escuchando, provocando. De ese método socrático suigéneris extraeré cinco rasgos que deben subyacer al quehacer investigativoen cualquiera de las ciencias sociales. Son las enseñanzas que meha dejado Pancho.