Vicio, virtud y victimización: ¿De qué sirve portarse bien?

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Utilizando una base de datos para las áreas metropolitanas de León, Guanajuato y Monterrey, que captura hábitos personales y datos sociodemográficos, así como el número de veces que el entrevistado fue víctima de un delito, encontramos que existen correlaciones inversas entre estar casado y asistir a servicios religiosos con la probabilidad de sufrir delitos, como el asalto a transeúntes. Así mismo, nuestras estimaciones indican que es más probable que una persona casada o religiosa sufra un intento de robo a su vehículo. Una implicación política de este ejercicio es que tomar alcohol no sólo es nocivo para la salud, sino también para la seguridad personal.

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