El puerto de La Habana: la puerta de Cuba. Construcción de una retórica de la acogida (iconografía y patrimonio cubanos de los siglos XIX y XX)

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2017

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Iconología

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Sylvie Megevand, « El puerto de La Habana: la puerta de Cuba. Construcción de una retórica de la acogida (iconografía y patrimonio cubanos de los siglos XIX y XX) », HAL-SHS : littérature, ID : 10670/1.s8q7mg


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Résumé Es

La cultura clásica occidental veía el puerto como un lugar didáctico, un teatro de expediciones y de intercambios comerciales que fue valorado por la pintura de marina como un símbolo del poder real. Ese limes, ese "territorio lleno", contrastaba con el vacío de las costas y de las playas circundantes 1. En el contexto colonial hispanoamericano, donde los centros se desarrollaban a expensas de la periferia, La Habana pronto concentró la mayor parte de las actividades políticas, económicas y humanas de Cuba. El tema portuario apareció en la iconografía insular bajo diferentes perspectivas: militar en los siglos XVII y XVIII, luego mercantil y urbanística a mediados del siglo XIX. Centrado en la representación del mayor puerto de la "Perla de las Antillas", el presente estudio evocará los factores-económicos, logísticos, estéticos-que propiciaron el nacimiento de un imaginario cubano moderno, valorado por la litografía, un nuevo medio artístico y documental que sacó la iconografía cubana del letargo en el que se encontraba sumida. Desde la década de 1840-es decir, bastante tarde-se multiplicaron los álbumes, las láminas y las vistas, producidos in situ 2 , que dividiremos en dos ejes temáticos principales: la identidad vernácula de la "isla pintoresca" con sus paisajes campestres, sus lugares de recreo y sus tipos guajiros; y por otra parte, la entrada de Cuba en la modernidad, materializada por el embellecimiento de La Habana y el dinamismo de su puerto. Inspirada en los cánones europeos, esa iconografía moderna 3 fue fruto de la instalación en La Habana de Alexandre Cosnier y Alexandre Moreau de Jonnès, que fundaron la Litografía de la Real Sociedad Patriótica gracias a la ayuda material de criollos ilustrados. Su mayor representante fue Frédéric Mialhe, que sucedió a Moreau en el "taller de los franceses" y permaneció casi 16 años en la isla. Tras haber recordado las condiciones materiales e ideológicas que propiciaron la apertura de ese taller especializado, evocaremos las circunstancias que llevaron por el contrario a esos artistas a salir de Cuba para no volver más-con trayectorias individuales muy dispares. Se comentarán a continuación varias vistas de la capital colonial, que crearon a 1 CORBIN, Alain, Le territoire du vide. L'Occident et le désir du rivage (1750-1840), París, Flammarion, 1990. 2 Contrariamente a las vistas habaneras de Hipólito Garneray (1823-1824), que fueron impresas en Francia, la realización in situ de la iconografía de los años 1840-desde el dibujo hasta la impresión-explica su integración en la idiosincrasia local. 3 Ver la historia detallada de la litografía cubana en LAPIQUE BECALI, Zoila, La memoria en las piedras, La Habana, Ediciones Boloña, 2002.

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