Dios y el César

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En 1633 acudió ante Urbano VIII una embajada extraordinaria encabezada por fray Domingo Pimentel, obispo de Córdoba, y el consejero de Castilla Juan Chumacero a presentar, en nombre de Felipe IV, un memorial con noticia de los agravios y abusos cometidos por el Tribunal de la Nunciatura que, al funcionar en conexión con el del Santo Oficio, soslayaba su dependencia legal del monarca para actuar como un tribunal de la Santa Sede. El texto, fundado en decretos conciliares y las constituciones p...

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