Emma Bovary–Anna Karenina: miradas cruzadas sobre dos destinos trágicos de la literatura

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Si bien la literatura es el medio de conocerse a sí mismo y de conocer al otro, puede también servir de eco a lo real haciéndolo más inteligible. En todo caso, nos permite aprehender de modo diferente la cuestión del suicidio mediante el prisma de la subjetividad, de las deficiencias y de las lagunas narcisistas de los autores que han sabido usarlos. Para Flaubert, «embriagarse en la literatura como en una orgía perpetua» representa el único medio de soportar la existencia. Esta inclinación natural a la melancolía se transparenta en la mayor parte de las obras de Flaubert y de Tolstoi y nos incita a encontrarles rasgos de carácter común. Aun así, ¿puede intentarse un análisis comparativo, inspirado en la antropología literaria de las personalidades de Emma Bovary y Ana Karenina, y detectar analogías en la conducta y la psicología de los personajes (más allá del rechazo al discurso social dominante)? En este juego de las semejanzas y las oposiciones, nos esforzaremos en cualquier caso por «desmontar» la mecánica implacable, el modus operandi que, en nuestras dos heroínas, las llevará a ambas, y por motivos diferentes, a elaborar un escenario suicida y a cometer lo irreparable.